Un hombre de Pennsylvania que atribuye a un caimán llamado Wally el haberlo ayudado a aliviar su depresión durante casi una década, ahora está buscando al reptil después de que desapareciera durante unas vacaciones en la costa de Georgia.
Joie Henney tiene miles de seguidores en sus cuentas de redes sociales dedicadas a Wally, el compañero de sangre fría al que llama su caimán de apoyo emocional.
El hombre ha publicado en internet fotos y videos de gente acariciando al reptil de cuatro pies como si se tratara de un perro, o abrazándolo como un oso de peluche. La popularidad de Wally se incrementó el año pasado, cuando se le negó la entrada a un partido de béisbol de los Philadelphia Phillies.
Ahora, Henney dice estar angustiado tras la desaparición de Wally en abril, cuando fueron juntos a unas vacaciones en Brunswick, Georgia, una ciudad portuaria a 70 millas al sur de Savannah. El hombre sospecha que alguien se lo robó durante la noche del 21 de abril.
En publicaciones en sus redes sociales, Henney dijo que unas personas dejaron, a manera de broma, a Wally afuera de la casa de alguien que llamó a las autoridades, lo que provocó que su caimán fuera atrapado y liberado en la naturaleza.
“Necesitamos toda la ayuda posible para traer a mi bebé de vuelta”, expresó entre lágrimas Henney en un video publicado en TikTok. “Por favor, necesitamos su ayuda”.
Henney agregó que no tenía tiempo para hablar cuando The Associated Press lo contactó por teléfono el miércoles por la mañana. No devolvió de inmediato varios mensajes posteriores.
El hombre de Jonestown, Pennsylvania, ha dicho que Wally llegó a su vida en 2015 después de que el caimán fuera rescatado en Florida a la edad de 14 meses.
Henney agregó al periódico The Philadelphia Inquirer en 2019 que el animal lo ayudó a aliviar la depresión tras la muerte de varios amigos cercanos. Indicó que un médico que trataba su depresión había designado a Wally como un animal de apoyo emocional.
“Nunca ha intentado morder a nadie”, aseguró Henney al periódico.
Nadie ha presentado informes policiales sobre el caimán desaparecido en Brunswick y en los alrededores del condado de Glynn, según portavoces de los departamentos de policía de la ciudad y del condado.
El Departamento de Recursos Naturales de Georgia confirmó que alguien de la zona de Brunswick denunció el 21 de abril la presencia de un caimán molesto —el día en que, según Henney, desapareció Wally— y que se envió a una persona autorizada para capturarlo. La agencia mencionó en un comunicado que el caimán fue “liberado en un lugar remoto”, pero subrayó que no sabe si el reptil era Wally.
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En Georgia, es ilegal tener caimanes sin una licencia o permiso especial, y el Departamento de Recursos Naturales del estado afirmó que no concede permisos para tener caimanes como mascotas. En Pennsylvania no hay ninguna ley estatal que prohíba la posesión de caimanes, aunque es ilegal que los propietarios los liberen en la naturaleza, según su Comisión de Pesca y Embarcaciones.
David Mixon, biólogo de fauna salvaje y supervisor costero del Departamento de Recursos Naturales de Georgia, ha visto muchos caimanes en patios y piscinas. También ha mostrado caimanes mantenidos en cautividad en presentaciones a grupos escolares y tropas de Boy Scouts.
El especialista indicó que incluso los caimanes que parecen dóciles pueden ser peligrosos, y siempre se asegura de mantenerles la boca cerrada con una mano o, preferiblemente, con una cinta.
“Son impredecibles y suelen reaccionar a los estímulos”, explicó Mixon. “Hay muchos videos y fotos de gente que manipula caimanes y lo logra sin hacerse daño. Pero cuanto más tiempo pasas cerca de ellos, más probabilidades tienes de lesionarte”.
Las autoridades de la vecina Florida, donde se calcula que viven 1.3 millones de caimanes, han registrado más de 450 casos de mordeduras no provocadas desde 1948. Eso incluye más de 90 desde 2014, seis de ellas mortales.
Según Lori Kogan, psicóloga y profesora de la Universidad Estatal de Colorado que estudia las interacciones entre humanos y animales, en los estados donde la ley permite tener caimanes en casa, es posible considerarlos animales de apoyo emocional.
A diferencia de los animales de servicio que ayudan a las personas con condiciones como ceguera o estrés postraumático, los animales de apoyo emocional no tienen un entrenamiento especial, dijo Kogan. Tampoco tienen un registro oficial, aunque los profesionales de la salud suelen escribir cartas de apoyo a los propietarios con un trastorno mental diagnosticado.
“La gente puede encariñarse mucho con distintos animales”, comentó Kogan. “¿Puedes encariñarte con un reptil? ¿Puede reconfortarte? Yo diría que sí. ¿A mí personalmente? No”.
