Ahora que Zendaya se ha propuesto reinventar la indumentaria del tenis con cada nuevo evento promocional de su película Challengers, las ventas de firmas asociadas con esta disciplina, como Ralph Lauren o Lacoste, se han disparado. Esta última, de hecho, incluso confeccionó su primer diseño de alfombra roja hecho a medida por petición de Law Roach, estilista de la actriz, dejándonos sin aliento cuando fue desvelado en el estreno australiano del filme. Gracias a ella, se están ideando innovadoras alternativas para trasladar los uniformes de polo y falda plisada a la alta costura, y así lo confirmó su último look: un vestido de lentejuelas con raquetas bordadas para la premiere de Londres.
Zendaya se supera con un vestido-polo de lentejuelas blancas
Continuando su racha de impresionantes estilismos con temática tenniscore, la actriz encargó al diseñador británico Thom Browne un vestido halter de lentejuelas blancas, que presenta inserciones de malla atlética en los pliegues de la falda, la misma que se utiliza en los uniformes de tenis. Abajo del todo, en el dobladillo, observamos unos detalles de intarsia en rojo, blanco y azul, los colores insignia de su marca.
Nuevamente, se decantó por un diseño que recreara la silueta de un polo de tenis, solo que sujeta a modificaciones, desde la espalda al descubierto hasta el propio material del que está hecho, incorporando seda o tweed en lugar de algodón o poliéster.
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Estilismos tenniscore hechos a medida
Challengers es una comedia romántica dirigida por Luca Guadagnino que cuenta la historia de un campeón de Grand Slams que se inscribe para competir contra el examante de su esposa y entrenadora, interpretada por Zendaya, de ahí que la estética de los jugadores de tenis se apropiara completamente del armario de la protagonista durante la gira de medios.
La referencia más explícita al deporte en este nuevo look es el bordado con el icono de dos raquetas entrecruzadas, aunque no es la primera vez que Browne incorpora estos guiños a Wimbledon en sus creaciones, puesto que su imaginario juega con esos símbolos tan característicos de la idiosincrasia inglesa.
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Todo se calculó hasta el más mínimo detalle, de pies a cabeza. Su recogido pulido hacia arriba y sellado con un lazo encaja a la perfección con la imagen que transmite el look, fiel a la imagen preppy de las clases altas que visten polos con faldas plisadas y pasan sus fines de semana en el club de campo, jugando tenis. Como toque final, se pintó los labios de rojo, la máxima expresión de elegancia, e incorporó unos pendientes estilo vintage de botón con diamantes.
Esta tendencia bautizada como tenniscore es la evolución natural de la fascinación por las familias Old Money y sus armarios repletos de lujo silencioso, en contraposición con la moda dosmilera mucho más callejera que hace unos meses promovía combinaciones cañeras con camisetas de fútbol.
