Una nueva investigación muestra un vínculo “profundo” entre las elecciones dietéticas y la salud del cerebro. Escoger una dieta saludable también ayuda a mejorar tu salud cerebral.
Yolanda Vázquez Mazariego
Al escoger una dieta saludable también mejoras tu salud cerebral
Una nueva investigación muestra un vínculo “profundo” entre las elecciones dietéticas y la salud del cerebro
Publicada en Nature, se analizaron las elecciones dietéticas de una gran muestra de 181990 participantes del Biobanco del Reino Unido y una variedad de evaluaciones físicas, incluida la función cognitiva, biomarcadores metabólicos sanguíneos, imágenes cerebrales y genética, revelando nuevos conocimientos sobre la relación entre la nutrición y el bienestar general. El estudio ha demostrado que una dieta sana y equilibrada estaba relacionada con una salud cerebral, una función cognitiva y un bienestar mental superiores e incluso mayores cantidades de materia gris en el cerebro (vinculada con la inteligencia) en comparación con aquellos con una dieta menos variada.
El estudio también destacó la necesidad de modificaciones dietéticas graduales, particularmente para personas acostumbradas a alimentos muy sabrosos, pero nutricionalmente deficientes. Al reducir lentamente la ingesta de azúcar y grasas con el tiempo, las personas pueden ir dirigiéndose de forma natural a opciones de alimentos más saludables.
Los científicos creen que los factores genéticos también pueden contribuir a la asociación entre la dieta y la salud del cerebro, lo que demuestra cómo una combinación de predisposiciones genéticas y elecciones de estilo de vida dan forma al bienestar.
El autor principal, el profesor Jianfeng Feng, de la Universidad de Warwick, enfatizó la importancia de establecer preferencias alimentarias saludables en una etapa temprana de la vida. Dijo: “Desarrollar una dieta sana y equilibrada desde una edad temprana es crucial para un crecimiento saludable. Para fomentar el desarrollo de una dieta sana y equilibrada, tanto las familias como las escuelas deben ofrecer una amplia gama de comidas nutritivas y cultivar un entorno que apoye su desarrollo físico y salud mental.”
Al abordar las implicaciones más amplias de la investigación, el profesor Feng enfatizó el papel de las políticas públicas en la promoción de opciones de alimentación saludables accesibles y asequibles. “Dado que las elecciones dietéticas pueden verse influenciadas por el nivel socioeconómico, es crucial garantizar que esto no impida que las personas adopten un perfil dietético saludable y equilibrado”, afirmó. “La implementación de políticas alimentarias nutritivas y asequibles es esencial para que los gobiernos capaciten al público en general para que pueda tomar decisiones dietéticas informadas y más saludables, promoviendo así la salud pública en general”.
El coautor Wei Cheng, de la Universidad de Fudan, añadió: “Nuestros hallazgos subrayan las asociaciones entre los patrones dietéticos y la salud del cerebro, instando a realizar esfuerzos concertados para promover la conciencia nutricional y fomentar hábitos alimentarios más saludables en poblaciones diversas”.
El Dr. Richard Pemberton, médico certificado en estilo de vida y médico de cabecera de Hexagon Health, que no participó en el estudio, comentó: “Esta interesante investigación demuestra además que una mala alimentación afecta negativamente no solo a nuestra salud física sino también a nuestra salud mental y cerebral. Este estudio apoya la necesidad de una acción gubernamental urgente para optimizar la salud de nuestros niños, protegiendo a las generaciones futuras. También esperamos que esto proporcione más evidencia para motivarnos a todos a tomar mejores decisiones en nuestro estilo de vida, mejorar nuestra salud y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas”.
Fuente: Ruohan Zhang, Bei Zhang, Chun Shen, Barbara J. Sahakian, Zeyu Li, Wei Zhang, Yujie Zhao, Yuzhu Li, Jianfeng Feng, Wei Cheng. Associations of dietary patterns with brain health from behavioral, neuroimaging, biochemical and genetic analyses. Nature Mental Health, 2024; DOI: 10.1038/s44220-024-00226-0