«Tanto los hermanos católicos como los evangélicos tenemos algo en común: todos deseamos amar a Dios. Si la música trae esa conexión con Él, entonces creo que es bueno utilizarla para orar, y hasta para orar juntos», afirma Alex Campos, una de las principales figuras de la música cristiana en todo el mundo. Ganador de cinco premios Grammy Latinos a lo largo de sus 25 años de carrera, este colombiano de 47 años acaba de aterrizar en nuestro país para promocionar el Fe Festival en el Día Mundial de la Biblia, que tendrá lugar en Fuenlabrada (Madrid) el 28 de septiembre. Allí cantará junto a otros artistas evangélicos como Kike Pavón o el DJ Gui Brazil, en una actuación en la que también se subirá al escenario el católico Estenez (antes Grilex).
Alex Campos es consciente de las tradicionales diferencias entre ambos mundos, pero destaca que la música tiene un elemento ecuménico capaz de unirnos a todos. «En realidad es un lenguaje que nos conecta —afirma—. Centrarse en Jesús y enfocarse en Él es lo que nos une. Creo que así se difumina esa línea que parece dividirnos». Para el cantante colombiano, «los dos ámbitos seguimos a Cristo y cuando la música está impregnada por el Espíritu no tiene religión». En este sentido, la música cristiana en general «no pretende vender una religión concreta, sino posibilitar una relación con Jesús que nos pueda llenar de vida».
Campos ha sido invitado a cantar en varias ocasiones en parroquias católicas y en el año 2015 viajó hasta Roma para tocar y encontrarse con el Papa Francisco en el Vaticano. Fue un momento que en numerosas ocasiones ha definido como «extraordinario» pero que, sin embargo, le valió numerosas críticas en el mundo evangélico. Hoy, al recordar aquello se reafirma en que «en realidad todos queremos lo mismo: crecer en nuestra relación con Dios».
De la misma opinión es Estenez, para quien un evento como el de septiembre «supone un momento de apuesta por el ecumenismo considerable». Principalmente, será «una oportunidad más de hacer cosas en común para la gente y transmitir un mensaje trascendental que toque corazones y deje las diferencias a un lado». Según su parecer, «la música une mucho y, si surge del corazón de Dios, une más». Así, notas y melodías «son una manera preciosa de tender puentes».
«No son solo sonidos»
Otro de los eventos de música y fe de actualidad es Creo Fest, una propuesta de la iniciativa evangélica Ágape España que tendrá lugar del 10 al 12 de mayo en El Escorial (Madrid). Serán tres días en los que jóvenes cristianos de todo el país «estarán unidos en su pasión por las expresiones artísticas, la innovación y el discipulado», afirma Aitor de la Cámara, uno de sus organizadores.
«La música no son solo sonidos, sino también un despliegue de lenguajes sagrados y una peregrinación hacia lo más profundo del espíritu humano», añade. Por eso acudirán a Creo Fest varios artistas internacionales «con propuestas innovadoras que no solo entretienen, sino que también tienen la capacidad de inspirar y acariciar el alma».
Quizá uno de los desafíos a los que se enfrenta la propuesta musical en clave de fe es la etiqueta de «emotiva» o «sentimental», un sambenito que hace que muchos la descarten como vía de acceso a la divinidad. «¡Pero nosotros somos creación de Dios, tenemos sentimientos y emociones!», exclama Alex Campos. Por tanto, «uno no puede cerrase a esta dimensión que tiene bien dentro». Al contrario, «nuestra fe nos invita a alabar a Dios con todo nuestro ser, y eso incluye la parte más emocional, que se puede expresar en gestos como saltar, cantar o bailar. Y eso es algo que aparece con frecuencia en la Sagrada Escritura».
Fuego en los huesos
El próximo sábado, 4 de mayo, la madrileña plaza de Juan Goytisolo, junto al Museo Reina Sofía, acoge el evento Fuego en tus huesos, con distintos grupos de música cristiana como los flamencos Juan Ramón y Rocío, el grupo de rock celta Sal 150 y el DJ Marcos Cruz. Otro de los elementos fuertes será la predicación de Nicky Cruz, el expandillero protagonista del best seller El puñal y la cruz. Nicky era un líder habitual de las bandas en las calles de Nueva York cuya vida cambió cuando fue a hablar con él el pastor David Wilkerson, cuyo hijo estará en Madrid. También acudirá Zachary Meerkreebs, el pastor que asistió el año pasado a los comienzos del «avivamiento de Asbury», un culto evangélico que de forma espontánea se prolongó varios días, junto a otros líderes evangélicos.
Lo que quizá resulta más extraño para el católico medio español es la existencia de una categoría especial de los premios Grammy Latinos al Mejor Álbum de Música Cristiana, un galardón que Campos ha obtenido en cinco ocasiones. «Para mí también fue una sorpresa cuando fui nominado por primera vez. No sabía que estos premios existían, pero muestran la necesidad enorme y global de este tipo de música», afirma. En su opinión, es la creciente calidad y profesionalidad de este tipo de artistas «lo que ha llamado la atención de organizaciones que no son denominacionalmente cristianas».
Haciendo memoria, el cantante recuerda que la primera vez que acudió a una de las galas de los Grammy «me sentí algo extraño y como si no estuviera en mi mundo. Fui por obediencia pensando que era la voluntad de Dios», y allí se dio cuenta de que la música cristiana «es una oportunidad de llegar al corazón de personas a las que a lo mejor nunca habrías podido llegar de otra manera, un modo maravilloso de evangelizar».
