La Asociación Mundial de Medicina Transgénero (WPATH por sus siglas en inglés) desde el 2007 se ha dedicado a que los menores tengan acceso a atención de afirmación de género, que incluye bloqueadores de la pubertad, hormonas y cirugías para alinear sus cuerpos con la identidad transgénero que ellos mismos declaran.
Este acceso lo obtienen quienes reciben un diagnóstico de “género incongruente”, siempre que demuestren madurez emocional y cognitiva obligado a proporcionar consentimiento informado para el tratamiento.
Sin embargo, Environmental Progress obtuvo un video del panel interno de la Asociación titulado “Identidad de Taller de Evolución”, del 6 de mayo de 2022, donde los miembros admitían la imposibilidad de informar adecuadamente sobre el consentimiento para intervenciones hormonales de sus jóvenes pacientes.
Incluso, en este espacio el endocrinólogo canadiense Daniel Metzger, discutió sobre los desafíos que enfrenta al obtener el consentimiento de los adolescentes que buscan este tratamiento médico.
“Los médicos de género a menudo explican este tipo de cosas a personas que ni siquiera han estudiado biología en la escuela secundaria todavía. También, los pacientes adultos constantemente tienen muy poca comprensión médica de los efectos de estas intervenciones”, dijo el Dr. Metzger de acuerdo con la publicación de Environmental Progress.
Asimismo, confesó que el consentimiento informado está siendo violado, al permitir que los menores den su aprobación a un tratamiento que podría resultar en esterilidad, y al dar a entender que ellos tienen la capacidad cognitiva de tomar una decisión que repercutirá en su futuro.
Grupo no sigue parámetros médicos
La Asociación se presenta como un grupo científico organizado, con estándares de atención basados en la mejor ciencia disponible y en conocimientos de expertos con consenso profesional.
En el año 2022, la subsecretaria de Estados Unidos para Salud, Rachel Levine, indicó que este grupo está libre de cualquier agenda que no sea la de garantizar que las decisiones estén fundamentadas en la ciencia.
Asimismo, en el 2023 la presidenta de la agrupación Marci Bowers, según una publicación de New York Times, dijo que el campo de la medicina transgénero está evolucionando rápidamente, y que es totalmente orientado a objetivos y resultados como cualquier otra especialidad de la medicina.
Las declaraciones contrastan con la realidad de un método científico, que es sistemático, enfocado en crear hechos por medio de pruebas rigurosas y experimentación. Implica observar una condición médica que requiere intervención y crear una hipótesis -hecha con ensayos controlados- sobre un tratamiento eficaz.
Aunado a esto, los archivos que menciona la publicación de Environmental Progress, de WPATH, tienen evidencia de que el grupo no respeta procesos científicos.
“Bowers deja muy claro que no existe rigor científico para el protocolo de tratamiento cuando se habla de lo poco que se sabe sobre el impacto que tienen los bloqueadores de la pubertad en el futuro, en la función sexual de los hombres natales”, dice la publicación.
También en enero de 2022, la presidenta reconoció en un foro que el efecto de los bloqueadores de la pubertad sobre la fertilidad y el inicio de la respuesta del organismo, aún no está completamente comprendido.
Según la publicación, casi todo lo que ella aseguró en este foro, es una prueba de que el líder transgénero aboga por un experimento no regulado sobre personas jóvenes.
“La pregunta sobre la fertilidad no ha sido buscada y antes de la prepubertad, la disforia es enorme, permitiendo que quizá sea preferible utilizar los bloqueadores de la pubertad en un tiempo más lejos”, dijo la Dra. Bowers.
Para la autora de la publicación en Environment, Mia Hughens, el uso de la palabra quizá sugiere que los médicos están improvisando, experimentando sin un marco bien estructurado y sin poder rastrear el resultado del experimento.
Apunta a que esto es aceptable en un pequeño experimento, pero es poco ético cuando se trata de los principales médicos estadounidenses de una asociación recomiendan el tratamiento y una amplia comunidad médica lo acepta.
Otra de las informaciones que se infiltraron, es que en los foros de la WPATH constantemente se discute sobre los efectos de las hormonas entre sexos, en la función sexual de las personas.
Por ejemplo, una enfermera en marzo de 2022, contó sobre el desarrollo de enfermedad inflamatoria pélvica en una paciente joven que recibió testosterona durante tres años. Ella tiene atrofia vaginal que dificulta las relaciones sexuales, es doloroso y provoca síntomas urinarios angustiantes.
Activistas disfrazados de médicos
Para la autora de la publicación en Environmental Progress, los integrantes de la asociación son un grupo marginal de activistas e investigadores, disfrazados de médicos, defendiendo que se realice un experimento hormonal y quirúrgico en miembros vulnerables de la sociedad.
“Sería criminal que un cirujano cortara la columnas de una persona que se identificó como tetrapléjica, o dejar ciego a un paciente vidente que se identificó como ciego. Al igual que no es ético destruir sistemas reproductivos sanos y amputar los senos y genitales sanos de personas mentalmente enfermas”, apunta.
Agrega que hacer este tipo de procedimientos sin siquiera primero ayudar a las personas a superar sus enfermedades mentales, y sin preparar de manera realista a las personas para situaciones como el periodo postoperatorio, equivale a un problema médico, a negligencia de alto nivel.
Periodista Licenciada en Producción de Medios de la Universidad Latina de Costa Rica. Locutora comercial formada en el Instituto Nacional de Aprendizaje.
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Marianela Sanabria Leandro
Periodista Licenciada en Producción de Medios de la Universidad Latina de Costa Rica. Locutora comercial formada en el Instituto Nacional de Aprendizaje.
