Según cifras de la Policía de Investigaciones (PDI), al menos 292 menores de edad fueron víctimas de este tipo de acoso.
En un nuevo Reportaje de T13 se dio a conocer el modus operandi de pedófilos que acosan a menores de edad a través de videojuegos, a quienes piden fotografías a cambio de recompensas para sus juegos.
Según la investigación, los juegos en donde más se acosa a los menores de edad son:
- Fortnite
- Roblox
- League of Legends
- Minecraft
Al respecto, el director de Delitos Sexuales de la Fiscalía, Maurizio Sovino, señaló que “hay algunos videojuegos que permite que otra persona te pueda transferir esto. Entonces, ese es el mundo ideal para que personas que buscan obtener imágenes sexualizadas de niños, niñas o adolescentes los contacten”.
Nelson Poblete, padre de una de las víctimas de ocho años, explicó que “pasó a entrar en confianza con él hasta que le empezó a pedir fotos íntimas (…) Para él (su hijo), estaba conversando con otro niño más”.
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Según cifras de la Policía de Investigaciones (PDI), al menos 292 menores de edad fueron víctimas de este tipo de acoso —llamado grooming— entre el 2019 y 2023. En tanto, entre enero y febrero de este año hubo 25 casos.
Qué es el grooming
El grooming es cuando un adulto se pone en contacto con un niño, niña o adolescente, vía internet, haciéndose pasar por alguien cercano a su edad. Este abuso puede ir desde hablar de sexo y conseguir fotos o videos íntimos hasta llegar a mantener un encuentro de abuso sexual explícito.
Desde Fiscalía explican que en una primera instancia, el abusador contacta al niño o niña en salas de chat o redes sociales. A continuación, busca hacerse su amigo y crear lazos de confianza, a fin de obtener toda la información posible sobre sus hábitos, cuentas en redes sociales y nuevas variantes de contacto posibles.
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Progresivamente trata de disminuir las inhibiciones del niño o niña, a veces mostrándole imágenes de contenido pornográfico, hasta lograr que el o la niña se desnude frente a la webcam o le envíe fotografías de tipo sexual.
Finalmente comienza el chantaje, el abusador amenaza con hacer públicas las fotografías si el niño no accede a enviarle más y, en ocasiones, busca concertar una reunión para abusar sexualmente de él o ella.
