Rafael Zamora, Director Científico Loro Parque Fundación, revela el impacto vital de las dietas estacionales en loros domésticos para optimizar su salud y recomienda aplicar estrategias que diferencien la alimentación que se les da antes y durante la reproducción.
Los loros bajo cuidado humano aprecian notablemente las novedades de temporada en la dieta. Frutos y plantas propias del final del año que corresponden al otoño y al invierno serán buenos complementos para nuestros loros. No son la base de su alimentación, pero sí son muy importantes para mantenerlos saludables.
En Loro Parque Fundación insistimos mucho en que los loros reciban frutos de temporada. Cuando hay disponibles, por ejemplo, higos chumbos, hay que darles por ser una fuente importantísima de recursos que refuerzan su sistema inmunitario antes de la bajada de las temperaturas. Lo mismo ocurre con las hierbas anuales y los vegetales, que es en este momento, cuando más importancia tienen.
Dieta básica durante el descanso
La idea es dar a los loros un periodo de descanso donde la dieta sea básica: no debe ser altamente proteica y tampoco grasa. Pero sí variada y que les permita disponer de energía. Para conseguirlo los complementos frescos son muy importantes.
Con este sistema podremos estimular a los reproductores un poco antes de comenzar la primavera con el enriquecimiento de su alimentación y conseguir una etapa de regeneración de sus órganos. En el caso de las parejas criadoras la reproducción les exige el aumento de sus necesidades metabólicas con el consiguiente desgaste que debe ser compensado durante el periodo de descanso.
Algunos criadores mantienen una dieta idéntica durante todo el año a sus loros. Y se nota especialmente en aves adultas que se vuelven lentas por la acumulación de grasa. Esto provoca pausas prolongadas en la cría de las parejas reproductoras con más edad.
En ocasiones esa pausa es difícil de revertir y puede requerir años de trabajo cambiar la situación de un loro sobrealimentado o con dietas muy altas en grasa. Lo mismo pasa con dietas altamente proteicas que repercuten en la salud de órganos internos importantes que comienzan a disminuir la acción de sus funciones vitales.
Una dieta saludable diferenciada
Con todo lo dicho, el criador debe darse cuenta de que hablamos de complementos que no quiere decir que las dietas básicas de mantenimiento se alteren. Los guacamayos, por ejemplo, necesitan grasa en su dieta porque la metabolizan bien y su mezcla de semillas estable debe permanecer. Lo que se busca es diferenciar el aporte extra que se les da antes y durante la reproducción.
Este artículo está publicado en EspeciesPro Nº 272.