En enero de 2023 se convirtió en noticia el caso del ranchero George Allan Kelly quien, en Tucson, Arizona, asesinó a tiros a Gabriel Cuén Buitimea, un inmigrante mexicano que intentaba cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos. El juicio generó debate entre la población estadounidense, mientras unos apoyaban al texano, otros consideraban que debía recibir una pena importante. Finalmente, ha salido libre y así es su vida ahora.
Esta semana se dio a conocer que los fiscales retiraron los cargos en contra de Alan Kelly, de 75 años. El hombre declaró al medio NewsNation que se encuentra listo para comenzar su vida de nuevo: “No es mi culpa. Yo no lo hice”. Y es que el hombre ha asegurado que solo disparó tiros de advertencia al aire para ahuyentar a los hombres, por lo que, la bala que mató al mexicano, no pertenecía a su rifle AK-47.
A pesar de que la fiscalía argumenta que el grupo de inmigrantes no representaban ningún peligro para la vida del estadounidense o de su esposa, el ranchero luego aseguró que Gabriel Cuén se había girado hacia él y le había apuntado.
“Todo el mundo dice que fue la cosa más tonta que hice en mi vida, dijeron que debería haberle disparado porque él se estaba preparando para dispararme. No sé por qué, pero dije, no voy a hacerlo”, afirmó el acusado.
Con base en sus declaraciones afirmó que lo habían detenido injustamente y que su tiempo bajo custodia fueron los peores 22 días de su vida. “Si el infierno es algo así, haré todo lo que pueda para no ir”, declaró.
Aunque ahora se siente listo para continuar su vida al lado de su esposa, todavía en la frontera entre Estados Unidos y México, afirmó que debido a la batalla legal, se han acabado los ahorros de toda su vida, por lo que enfrentarán dificultades financieras.
George Alan Kelly, de 75 años, fue acusado de asesinato en segundo grado.
Foto:Oficina del Sheriff de Santa Cruz (Arizona)
Asesinato en la frontera dividió la opinión entre el jurado
Hace un par de semanas se dio a conocer que el jurado, luego de evaluar el caso, no había llegado a un veredicto, por lo que se realizaría una audiencia para conocer si se llevaría a cabo un segundo juicio en contra del texano. Lo cual finalmente ya no sucedió.
Y es que algunos estaban de acuerdo con la fiscalía que argumentaba que el hombre de 75 años había disparado de forma intencional contra un grupo de migrantes y que, además, llamó primero a la patrulla fronteriza y no al servicio de emergencias, argumentando que había encontrado el cuerpo de un animal.
Pero otros confiaban más en la defensa de Allan Kelly que aseguró que los hombres vestían ropa de camuflaje y traían mochilas cuando comenzaron a caminar cerca de su casa, por lo que decidió tratar de intimidarlos disparando al aire.
Asimismo, la defensa argumentó que la bala que mató al mexicano nunca fue encontrada, por lo que consideraron la posibilidad de que haya sido atacado por un grupo de traficantes con la intención de robarle sus objetos. No obstante, en el lugar no se encontraron otras armas ni drogas.
