El régimen de Cuba está dispuesto a aceptar más vuelos de deportación de migrantes desde Estados Unidos, reconoció Carlos Fernández de Cossío, el vicecanciller de la Isla, en entrevista con la cadena televisiva CBS.
“Estamos abiertos a tener más” vuelos de deportación, dijo el funcionario en Washington, donde asistió a las reuniones que tuvieron lugar entre autoridades de ambos países, en una nueva ronda de conversaciones migratorias.
Después de una pausa de dos años, Estados Unidos reinició los vuelos de deportación a la Isla en 2023. Desde entonces, Washington ha estado enviando un vuelo de esa naturaleza cada mes.
Fernández de Cossío reiteró la posición de La Habana: que el régimen apoya y llama a una migración segura y ordenada. Ello, pese a que ha favorecido en los últimos años puentes migratorios usando la exención de visado de sus ciudadanos por gobiernos aliados, como hizo con Nicaragua a partir de noviembre 2021, y antes hiciera con Ecuador, durante los gobiernos de Rafael Correa.
La posibilidad de viajar a Nicaragua libremente a partir de la reanudación de los vuelos comerciales al extranjero, interrumpidos por las restricciones adoptadas por la pandemia del Covid-19, ha dado lugar al mayor éxodo migratorio protagonizado por los cubanos. Solo a través de la frontera sur de EEUU entraron a ese país más de 450.000 cubanos después de 2021.
Ante esa cifra, mencionada en la entrevista, el vicecanciller aseguró que tras el acercamiento entre La Habana y Washington al final de la Administración Obama, la emigración disminuyó, debido a lo que calificó como una “mejoría económica” en la Isla. Por ello, volvió a culpar al embargo de la oleada migratoria.
“Se puede hablar de otros factores, pero si se tiene una política coherente de la economía más poderosa del mundo para tratar de destruir el sustento de toda una población, 11 millones de cubanos, es lógico esperar que la gente, un segmento de la población, quiera irse del país”, comentó Fernández de Cossío.
Evitó mencionar el funcionario que el éxodo récord se produjo apenas cuatro meses después de la feroz represión desatada por el régimen cubano contra las protestas pacíficas del 11 de julio de 2021, en una táctica usada por Fidel Castro durante décadas: sacar vapor a la caldera social a través de la migración.
El vicecanciller tampoco mencionó que el régimen prohíbe la entrada a la Isla a cientos de personas que abandonaron “misiones oficiales”, sobre todo a médicos y otros profesionales que exporta, como castigo por romper con esos “contratos de trabajo” que limitan sus libertades, si bien son muy lucrativos para La Habana.
Fernández de Cossío insistió en que “no se necesita un nuevo acuerdo” migratorio entre La Habana y Washington, sino que los hoy existentes “funcionen correctamente”, y apuntó a la Ley de Ajuste Cubano como una norma de EEUU que el régimen desaprueba.
El funcionario también instó al Departamento de Estado de EEUU a reanudar el trámite de visas de turista y de corta duración en su Consulado en La Habana, si bien reconoció que funcionarios estadounidenses le informaron que reanudarían el procesamiento completo de visas en Cuba en el futuro.
El vicecanciller cubano mintió abiertamente cuando la CBS le preguntó por los mercenarios cubanos reclutados en la Isla para sumarse a la invasión de Ucrania: aseguró que fue La Habana quien denunció la existencia de una red de reclutamiento, y que hay personas presas por ello.
Así evitó mencionar que la reacción de La Habana se debió al escándalo internacional provocado en agosto de 2023 por el pedido de ayuda en redes sociales de dos jóvenes cubanos que denunciaron haber sido engañados para llevarlos a Rusia y convertirlos en soldados.
Asimismo, tras la toma de posición de las autoridades cubanas en septiembre de 2023, varios de los detenidos en la presunta red de reclutamiento fueron liberados. El régimen no ha vuelto a referirse públicamente al tema.
La CBS también preguntó al funcionario por el caso de Víctor Manuel Rocha, exdiplomático de Washington condenado por tribunales de EEUU por espiar durante más de 30 años para La Habana. “Todo lo que sé al respecto es lo que ha salido en las noticias”, dijo, y agregó: “Lo único que sé es que no hay país en el mundo que espíe más que EEUU”.
Desde que Rocha fuera arrestado y acusado en diciembre pasado, La Habana ha hecho silencio sobre el tema. El exespía estaría colaborando con la Inteligencia de EEUU, aportando información sobre su trabajo para el régimen de la Isla.
Finalmente, Fernández de Cossío se dijo preocupado por el probable regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, que impuso sanciones muy duras contra el régimen cubano.
“Por supuesto que nos preocupa si hay medidas económicas adicionales contra [el Gobierno de] Cuba, independientemente de quién gane las elecciones. La Administración Biden ha aplicado muy fielmente las políticas implementadas por la Administración Trump y ha agregado algunas”, dijo.
“Así que no nos sorprendería que lo hicieran. Sería injusto, y creemos que sería inmoral, pero tenemos que reconocer que eso sucedería y nos da lugar a preocupación”, finalizó.
