El Barça ya ha entrado en modo Champions. Su próximo compromiso es, el miércoles, en el Parque de los Príncipes, de París, donde llegará convencido de que puede pelearle la eliminatoria al PSG. Y en la partida táctica de ajedrez. Xavi Hernández y su cuerpo técnico ya deben estar dándole vueltas a qué plan anti Mbappé pondrán en práctica.
Mientras, en París, Luis Enrique, que ha entrado en ruta de colisión con su estrella, también tiene un quebradero de cabeza del mismo calado: ¿qué hará para desactivar a Lamine Yamal?
Y, aquí, el barcelonismo tiene motivos explícitos para ser optimista. Una semana atrás, en el España-Brasil, un amistoso con cara de partido oficial jugado en el Santiago Bernabéu, el de Rocafonda se merendó a su marcador, Lucas Beraldo, en un duelo que puede reeditarse en formato Champions.
Lo de Lamine Yamal ante la Seleçao fue, quizás, su primera gran exhibición en un contexto planetario. Toda una declaración de intenciones de lo que es capaz de hacer con 16 años y de donde puede llegar en los próximos años. Aquella noche, su principal víctima fue Beraldo, de 20 años, que se estrenaba como internacional absoluto en esta fecha FIFA.
Este central zurdo, con un pie educado, aterrizó este enero en París procedente del Sao Paulo. Su fichaje costó 20 millones de euros. Fue una de las dos apuestas brasileñas de Luis Campos, asesor deportivo de Nasser Al-Khelaïfi, junto al mediocentro del Corinthians, Gabriel Moscardo, que estuvo en la agenda de Deco, y que solo aparecerá por París en verano porque se está recuperando de una intervención quirúrgica en un hueso del tobillo.
En el PSG, consideran que Beraldo tiene mimbres para convertirse en un nuevo Marquinhos. Desde que llegó, Luis Enrique lo ha puesto a jugar. Ha tenido continuidad, quizás por las bajas que ha sufrido su equipo en el sector defensivo. Es un zaguero elegante, pero que le falta evolucionar en la contundencia defensiva, porque va mejor al corte que al choque. Lamine Yamal, que tiene aquel instinto de los superclase, detectó algún grado de debilidad y fue implacable.
El domingo, en el clásico Olympique Marsella-PSG, a Beraldo se le volvieron a ver las costuras. Fue expulsado en el minuto 40 con roja directa (ya tenía una amarilla) al fallar en el cuerpo a cuerpo con Aubameyang cuando era el último defensor. Lucho, que hace de la obstinación una de sus virtudes, puede seguir apostando por él. La otra opción es que sea el sacrificado, porque Marquinhos, que lleva un mes y medio de baja por unas molestias en el tendón de Aquiles, se entrena con el grupo y puede reaparecer esta noche ante el Rennes, en las semifinales de Copa.
