Desde la década de los 90´s no enviamos un perrito al espacio, de hecho, la primera perrita enviada fue Laika y después, más perros fueron enviados al espacio como parte de las misiones de la entonces llamada Unión Soviética. Ahora, la NASA ha presentado a Spirit, otro perrito que viajará a Marte: aquí el perrito, será un robot. Este increíble proyecto, llamado LASSIE (Ciencia de Superficie Autónoma con Patas en Entornos Análogos), ha sido financiado por la NASA y cuenta con la colaboración de expertos de diversas universidades y del Centro Espacial Johnson de la NASA.
Hasta ahora, las misiones de exploración planetaria han dependido de planes pre-programados. Esto ha limitado la capacidad de los rovers para adaptarse a cambios inesperados en el terreno o para identificar observaciones científicamente valiosas de manera autónoma. Tanto el Rover de Exploración de Marte Spirit como el módulo de aterrizaje InSight han enfrentado desafíos relacionados con la comprensión de las propiedades del regolito, la capa de polvo y rocas sueltas que cubre la superficie de Marte.
Aquí es donde Spirit y el proyecto LASSIE tendrán importantes misiones. Los investigadores están explorando cómo los robots con patas pueden medir las propiedades del regolito de la superficie y utilizar esas mediciones para actualizar de manera autónoma los planes de operaciones científicas. En otras palabras, Spirit podrá adaptarse a los cambios en el terreno y tomar decisiones autónomas sobre dónde ir y qué investigar. ¡Es como si Spirit de verdad fuera un perrito autónomo y consciente!
Los entrenamientos
Para poner a prueba las capacidades de Spirit, se seleccionaron dos sitios de campo análogos: el Campo de Dunas de White Sands en Nuevo México y el Monte Hood en Oregón. White Sands es un campo de dunas activo de yeso que presenta texturas sedimentarias variadas, incluyendo arena suelta y costras hechas de sal, carbonato de calcio y microbios. Estas costras son similares a las que se han observado en Marte y pueden alterar la erosión y el transporte de sedimentos, afectando la movilidad de los rovers.
Por otro lado, el Monte Hood es un estratovolcán que ofrece un entorno volcánico helado con glaciares cubiertos de escombros, flujos de lava y depósitos piroclásticos. Aunque el Monte Hood tiene una composición diferente a la de Marte, ofrece un entorno robusto para probar cómo el hielo afecta las propiedades del regolito. El hielo puede tener un fuerte efecto en las propiedades geotécnicas del regolito, y entender cómo varía la cantidad de hielo en el suelo es crucial para futuras misiones de exploración.
En estos sitios de campo análogos, Spirit realizará pruebas para medir las variaciones en la resistencia del suelo utilizando los motores de las patas. Esto incluye pruebas de compresión y corte para medir la respuesta mecánica del regolito. Además, Spirit estará equipado con instrumentos adicionales, como un espectrómetro de descomposición inducida por láser (LIBS), un espectrómetro de fluorescencia de rayos X (XRF), un sistema de imágenes microscópicas y una sonda de resistividad de humedad del suelo, para obtener más información sobre las propiedades físicas y composicionales del regolito.
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