WASHINGTON-
Donald Trump ha dicho que si gana las elecciones presidenciales de este año, utilizará la Guardia Nacional como parte de un plan para deportar a millones de inmigrantes en todo Estados Unidos, lo que indica que está intensificando su retórica antiinmigración que ha impulsado su anterior el ascenso al poder ayudó. fortaleza
La declaración de Trump se produjo en una larga entrevista telefónica y en persona con la revista Time hace unos días. La transmisión fue publicada en línea.
Trump no dijo exactamente cómo llevaría a cabo la evacuación ni qué papel desempeñaría la Guardia Nacional. Trump, el presunto candidato presidencial republicano, dijo que no se opone a utilizar el ejército en servicio activo si es necesario, pero cree que la Guardia Nacional lo hará.
“Si creo que las cosas se están yendo de las manos, no tengo ningún problema en recurrir al ejército”, afirmó. “Debemos tener seguridad en nuestro país. Debemos introducir la ley y el orden en nuestro país. Y lo que sea que nos lleve allí, creo que la Guardia Nacional lo hará”.
Las fuerzas militares estadounidenses (tanto la Guardia Nacional como los soldados en servicio activo) han sido utilizadas históricamente en la frontera para apoyar a los funcionarios de inmigración. Sin embargo, el uso de elementos de la Guardia Nacional o militares en servicio activo para ayudar directamente en la deportación de inmigrantes, especialmente dentro del país, representaría un fuerte aumento en su uso en el campo de la inmigración y probablemente sería objeto de una lucha. contra ellos. problemas legales.
Durante el primer mandato de Trump, el Departamento de Seguridad Nacional consideró utilizar elementos de la Guardia Nacional para detener a inmigrantes ilegales, pero los planes no se materializaron.
Los presidentes han utilizado tropas de la Guardia Nacional de diversas formas para reforzar la seguridad fronteriza. El ex presidente George W. Bush utilizó elementos de la Guardia Nacional en la Operación Salto para reforzar la seguridad a lo largo de la frontera suroeste, mientras que la Operación Salto del ex presidente Barack Obama también utilizó miembros de la Guardia Nacional de la misma manera.
Los presidentes Joe Biden y Donald Trump también han utilizado tropas en servicio activo y elementos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad fronteriza y ayudar con tareas relacionadas con la inmigración.
Sin embargo, estas fuerzas fueron utilizadas de manera específica y limitada en la frontera, como registro de datos, control o labores de apoyo en almacenes o logística, para que no interactuaran directamente con los migrantes y en otras funciones para liberar a los funcionarios de inmigración para hacer sus tareas. trabajar.
Cuando se trata de encontrar y expulsar a personas del país, generalmente es responsabilidad de la División de Operaciones de Deportación y Control de Inmigración y Aduanas. Identifican, arrestan, detienen y deportan a las personas que deciden quedarse en el país.
A menudo, esto puede ser un proceso largo y costoso, ya que las deportaciones a menudo se realizan por vía aérea y muchos países no aceptan a los migrantes que regresan.
La ley federal generalmente prohíbe el uso de personal en servicio activo para hacer cumplir la ley dentro de los Estados Unidos a menos que lo autorice específicamente el Congreso.
Cuando se le preguntó si levantaría las restricciones al uso de las fuerzas militares estadounidenses contra civiles, Trump respondió que las personas a las que se dirige no son civiles.
“Estas son personas que no están legalmente en nuestro país. Este es un ataque a nuestro país. Una agresión que quizás ningún país haya visto antes”, dijo Trump a la revista.
Trump ha hecho de la lucha contra la inmigración un tema central de su campaña, repitiendo una estrategia que le funcionó cuando fue elegido por primera vez.
Acusó a los inmigrantes de “envenenar la sangre del país” y llamó “animales” a las personas que se encuentran en Estados Unidos ilegalmente y sospechosas de haber cometido delitos. Prometió eliminar la ciudadanía por nacimiento y restaurar las restricciones a la entrada de turistas que originalmente se aplicaban a siete países de mayoría musulmana.
